La sinergia entre fintechs y bancos

Según el informe de la Alianza Fintech Iberoamérica, que se basa en 13 países latinoamericanos, la región cuenta aproximadamente con 1.635 fintech, donde la participación de cada país es así:

Entre los diferentes segmentos a los que pertenecen dichas Fintech, hay 3 que son las protagonistas en Latinoamérica:

Cabe aclarar que si se incluyen otros países, que este informe no contempla por no tener cámaras fintech constituidas, la cifra puede elevarse a 2.300 fintech en la región, tal como lo expone Statista.

En la última década, y especialmente a raíz de la pandemia de 2020, las soluciones digitales han tenido mayor protagonismo; los bancos encontraron en los canales digitales nuevas formas de mejorar sus servicios; mientras que esta realidad sumada a la gran población no bancarizada y el aumento de la penetración de internet, motivaron el crecimiento del sector Fintech.

Con la digitalización, las exigencias de los usuarios cambiaron, ahora esperan procesos más flexibles, ágiles y amigables, en comparación con lo que les ofrece la banca tradicional. Por ejemplo, el 71% prefiere poder interactuar por medio de múltiples canales, mientras que el 25% prefiere tener una experiencia 100% digital con su banco, eso sí, preferiblemente teniendo a disposición asistencia humana remota cuando lo necesite.

Este cambio en las preferencias de los usuarios impulsó el crecimiento de las Fintech, ya que gracias a la velocidad, eficiencia y mejor experiencia de usuario que estas soluciones ofrecían por medio de la tecnología, lograron llegar a esas poblaciones que los estaba esperando. De esta manera, aparte de brindar servicios ágiles, las Fintech lograron reducir brechas entre lo que ofrecía la banca tradicional y lo que buscaba el usuario actual.

Actualmente, el mercado global de las Fintech está valorado en 165,17 mil millones de dólares, y se estima que supere los 400 mil millones de dólares de aquí al 2027.

Aunque podemos decir que la principal diferencia entre estas dos industrias es el enfoque tecnológico, existen otras diferencias.

• Apoyo tecnológico:

Para los bancos la tecnología no es su base principal, si bien actualmente se apoyan en ella, su origen y evolución de servicios no se han basado 100% en ella. A diferencia de esto, la Fintech tiene desde su nacimiento la tecnología como motor, siendo la base de su servicio como su apoyo principal en procesos cotidianos para mejorar sus productos: análisis de datos, algoritmos avanzados, Inteligencia artificial, entre otros.

• Servicio personalizado:

Gracias al apoyo tecnológico que caracteriza a las Fintech, el análisis de datos les permite hacer una mejor segmentación de sus clientes y entender necesidades financieras individuales, por lo que sus ofertas de valor están diseñadas para públicos específicos para quienes les suele resultar más amigable su solución cuando la comparan con la de un banco. Por otro lado, el banco está basado en un modelo tradicional, haciendo que sus servicios atiendan necesidades generalizadas, ofreciendo así soluciones también generalizadas.

• Democratización de las oportunidades:

Si bien los bancos por años han sido la única opción ante necesidades financieras de los usuarios, las Fintech llegan a desafiar el statu quo, permitiendo que personas que no habían podido acceder a ningún servicio bancario, encontraran una solución de más fácil acceso y que se ajustara a sus necesidades y condiciones; lo cual obligó a los bancos a replantearse y modernizarse.

• Regulación:

Las Fintech no dependen de un regulador concreto, de hecho por su nacimiento reciente, hasta ahora se está hablando de un esquema regulatorio para ellas según el segmento al que pertenecen. Por otro lado, los bancos son regulados por los bancos nacionales o centrales de su país de origen. En este mismo aspecto, para muchos la falta de regulación para las Fintech se considera como un riesgo ya que ofrece menos garantías en su operación; mientras que las regulaciones estrictas de los bancos les da menos riesgos.

Inicialmente se podría pensar que estas dos industrias son competencia directa, pero la realidad es que no necesariamente es así. Actualmente, los bancos están cada vez en mayor búsqueda de adaptar sus servicios a las nuevas tecnologías, y en este punto ya la mayoría de ellos tienen aplicaciones desde las cuales es posible realizar pagos o solicitar préstamos.

En realidad, las ventajas que aparentemente son exclusivas de las Fintech también pueden ser exploradas por los bancos cuando se tiene una intención de digitalización, lo que hace que estas dos industrias convivan y se retroalimenten con el fin de fortalecer juntas el sistema financiero.

Si observamos, con el tiempo los bancos están adoptando funciones de Fintech para mejorar su experiencia de usuario, y la asignación de recursos para mejorar la experiencia digital es cada vez una prioridad más importante para los bancos. De esta manera, es posible evidenciar que las asociaciones a largo plazo entre estas dos industrias, donde una brinda la tecnología y la otra la confianza de años, puede ser la forma de fortalecer el sector financiero.

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De esta manera, Prometeo es una de las Fintech que ofrece tecnología con la que tanto los bancos como las fintech de otros segmentos pueden optimizar sus soluciones e incluso interoperar, con el fin de seguir construyendo un sistema financiero más abierto y conectado.

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